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Después de abandonar su primitivo asentamiento en sa Caleta, los fenicios fundaron a final del siglo VII o principio del VI aC Ibosim, origen de la actual ciudad de Ibiza. El lugar escogido por los primitivos pobladores para fundar la nueva colonia fue la colina de Vila, lugar desde donde se domina la bahía que fue rodeado de murallas para protegerse de los griegos y de los romanos. Ibosim fue la primera ciudad del archipiélago balear, convirtiéndose gracias al comercio marítimo impulsado por el imperio cartaginés en una de las más importantes del Mediterráneo. De esta época también data el recinto del Puig des Molins, considerado como la necrópolis más bien conservada de la cultura feniciopúnica.
La tercera guerra púnica comportó la destrucción de Cartago y a principio del siglo II aC Ibosim pasó a ser una ciudad federada de Roma adoptando el nombre de Ebusus. Durante el siglo V dC y después de la caída del imperio romano, la ciudad entró en decadencia y fue conquistada por los vándalos, después por los bizantinos y a principio del siglo X dC pasó a formar parte del emirato de Córdoba con el nombre de Yabisa. Los musulmanes reconstruyeron las murallas y poblaron las isla contribuyendo a su desarrollo económico y cultural.
En 1229 el rey Jaime I conquistó Mallorca y en 1235 ocupó Ibiza en una expedición organizada por Guillem de Montgrí. La ciudad y la isla pasaron a depender de la Corona de Aragón y fueron repobladas por catalanes. En el siglo XVI, ante la aparición de las armas de fuego y los frecuentes ataques de los turcos, el rey Felipe II acordó construir una nueva muralla que rodeara la ciudad. El proyecto fue encargado a Giovanni Battista Calvi siendo modificado y ampliado posteriormente por Giacomo Paleazzo. Conservadas hasta la actualidad, la murallas renacentistas disponen de siete baluartes poligonales y un revellín. En el siglo XVIII, durante la Guerra de Sucesión que enfrentó partidarios de Felipe V de Borbón y de Carlos de Austria para ocupar la monarquía de la Confederación Hispánica, Ibiza se mostró partidaria del segundo. Debido a este posicionamiento, las tropas borbónicas ocuparon la ciudad lo que supuso la pérdida de las instituciones de gobierno propias de la isla y de la propiedad de las salinas, una de les principales actividades económicas de la época, que pasó a manos de la corona.
El recinto amurallado de la ciudad de Ibiza, tradicionalmente llamado Dalt Vila, tiene cinco puertas de entrada. La principal es el portal de ses Taules, situado frente al barrio marinero de la Marina. Las dos estatuas romanas situadas a ambos lados del portal son dos reproducciones de las originales descubiertas durante la construcción del recinto y que actualmente se conservan en el Museo Arqueológico. Pasado el portal se accede al Patio de Armas, lugar singular con diez arcos de medio punto que durante años acogió el primer mercado hippy de la isla. Desde este punto y pasando por otro portal que en su cara exterior también está adornado con una estatua romana, se accede a la Plaça de Vila. A partir de aquí se pueden escoger diferentes recorridos para conocer el recinto.
Son de visita obligada, entre otros, los siguientes lugares: los baluartes y el revellín, desde donde se contemplan extraordinarias vistas sobre la bahía, la moderna ciudad de Ibiza, la playa de En Bossa, ses Salines y la isla de Formentera; el antiguo convento de los dominicos, actualmente sede del Ayuntamiento de Ibiza, donde regularmente se celebran exposiciones y bailes payeses; la Catedral de Ibiza, iniciada en el siglo XIV y finalizada en el siglo XVIII; el Palacio Episcopal, residencia del Obispo; el Museo Arqueológico, situado en el antiguo edificio de la Universidad, institución de gobierno propia de la isla hasta su abolición por Felipe V en el siglo XVIII; el edificio de la Real Curia, institución equivalente a los tribunales de justicia actuales; el Castillo, la torre del homenaje, la Almudaina y la casa del Gobernador, conjunto de edificios militares situados en la parte más alta de Vila y actualmente en proceso de restauración impulsado por el Consell d'Eivissa i Formentera; sa Carrossa, plaza donde se ubica una estatua de Isidor Macabich (Ibiza, 1883-1973), popular sacerdote e historiador ibicenco; el Museo de Arte Contemporáneo, ubicado en un antiguo almacén y sala de armas del siglo XVIII; la capilla de Sant Ciriac, con una entrada que según la leyenda los catalanes utilizaron en 1235 para conquistar la ciudad; el Seminario, antigua residencia de los jesuitas y más tarde seminario diocesano, actualmente reconvertido en apartamentos; y l'Hospitalet, antigua iglesia en la actualidad habilitada como sala de exposiciones.
Dalt Vila ofrece al visitante muchos otros alicientes como son los numerosos bares, restaurantes, tiendas y galerías de arte y algunos pequeños hoteles, establecimientos que complementan la amplia y variada oferta de servicios del popular barrio marinero de la Marina situado entre la fortificación y el puerto.
El recinto fortificado de la ciudad de Ibiza fue declarado en 1999 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Esta declaración también incluyó la necrópolis del Puig des Molins, el poblado fenicio de sa Caleta y las praderas de posidonia del Parque Natural de ses Salines. Para celebrar este reconocimiento internacional, el Ayuntamiento de Ibiza organiza durante el segundo fin de semana del mes de mayo un amplio programa dedicado a la cultura y el ocio. Recientemente, la ciudad de Ibiza ha ingresado en el grupo Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, asociación formada por los ayuntamientos de las ciudades del Estado español que por sus singulares valores históricos, arquitectónicos y culturales han merecido el reconocimiento de la Unesco como Ciudades Patrimonio de la Humanidad. Por último, mencionar que el Ayuntamiento de Ibiza organiza regularmente visitas guiadas por las calles del conjunto histórico de Dalt Vila y los barrios de la Marina y sa Penya.
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